




El presente trabajo se sitúa en el área de la comunicación audiovisual, esta área ha conocido en la últimas décadas profundos cambios tanto tecnológicos como de contenidos, las herramientas de producción, de distribución y de difusión han pasado de una tecnología analógica a la tecnología digital, el cambio tecnológico ha sido un importante factor de cambio de contenidos en la comunicación audiovisual, sin duda que estos cambios han posibilitado la emergencia de expresiones y producciones cinematográficas que no eran pensables en el marco del llamado cine analógico o convencional, puedo afirmar que la tecnología digital y todos los cambios suscitados por ella han contribuido a democratizar el cine debido a la sustancial baja en los costos de producción y a la accesibilidad tecnológica, esto trae consigo la expresión de nuevos realizadores y productores, dentro de los cuales los jóvenes son parte importante de este profundo cambio en la industria cinematográfica.
La comunicación audiovisual a partir de su digitalización se ha expandido a todo el ámbito del quehacer humano, hoy ya no se encuentra circunscrita al sector mediático, sino que abarca el conjunto del planeta y a todas las actividades, ya sean científicas, industriales, artísticas, culturales y sociales, el presente trabajo tiene como marco esta área, se sitúa específicamente en el sector cinematográfico, sector donde los cambios tecnológicos y de contenidos producto de la digitalización ha conocido también radicales cambios que me interesa estudiar. Vista la amplitud temática enfocaré mi estudio en el cine digital de ficción particularmente su difusión, distribución y comercialización de estos productos, concretamente la difusión, distribución y comercialización del cine digital de autor, producido por jóvenes realizadores y productores chilenos.
La tecnología digital a nivel mundial ha abierto caminos al cine digital (cine producido con herramientas y métodos digitales), a otras ventanas audiovisuales de difusión, a otros mercados y a nuevas redes de distribución.
Con respecto a Latinoamérica hay una producción disgregada y aislada en cuanto a temáticas y también en cuanto a volúmenes de producción, esta situación hace que la presencia de este cine en las pantallas del planeta sea ocasional y marginal, el cine digital, da la posibilidad real que muchos jóvenes realizadores hagan películas que nacen desde el experimento cinematográfico independiente a bajo costo, que adquieran la experiencia necesaria para ir creando pequeñas industrias y sobre todo para ir constituyendo entidades expresivas y narrativas que incorporen la cultura del continente, condiciones necesarias para insertarse como cinematografía en el mundo globalizado.
En el caso específico de Chile tenemos dos concepciones y visiones del cine que muchas veces son contradictorias; podemos hablar de una generación de cineastas que comparten la fractura cultural de caos nacional a partir de 1973, Allende posteriormente gobierno militar y la llegada a la democracia en 1990, a partir de los gobiernos de la Concertación nace el Fondart, fondo de financiamiento del estado en cual estos cineastas que han cruzado generacionalmente la historia pasada y reciente del país, realizan en los años 90, un cine con una doctrina y una mirada elitista y concebido como un cine que debe dejar en la memoria nacional los hechos recientes de la historia nacional que la han afectado profundamente, luego de esta suerte de ajuste de cuenta con la historia del país, y la exposición de las verdades históricas (pasaje necesario para que el país mire hacia delante), el discurso se les agota, la emergencia del cine digital abre las puertas a nuevos realizadores y productores que tienen la mirada mas bien puesta en el presente y el futuro , antes que en el pasado histórico del país, ya narrado por las antiguas generaciones de cineastas chilenos. De esta nueva realidad histórica y tecnológica (a inicios del siglo 21, el cine digital comienza rápidamente a desplazar al cine convencional realizado con tecnología analógica y a sus representantes nacionales), emergen nuevos realizadores y productores, surgidos de instituciones académicas como lo son por ejemplo, la Universidad Arcis y la Escuela de Cine de Chile, estas escuelas de cine permiten que aparezcan jóvenes autores que trabajan con el cine digital desde el concepto independiente. A partir de esta realidad, se habla de una nueva generación de realizadores representados por ejemplo por, Matías Bize (Sabado) (En la Cama), Sebastián Campos (La Sagrada Familia), hablo solamente de ellos dos ya que son lo que se han podido posicionar actualmente desde la perspectiva del cine independiente pero detrás de ellos vienen nuevos jóvenes realizadores que están en proceso de terminar sus primeras películas.
Con lo dicho anteriormente, podemos afirmar que esta nueva generación que trabaja desde el formato digital con menores costos de producción y sin la fractura mental que le pesa a sus antecesores se puede deslumbrar una manera de producir, comercializar, distribuir y difundir productos cinematográficos con la marca del joven cine de autor en este caso chileno.
Será entonces materia de estudio, la difusión, distribución y comercialización del cine digital de autor, producido por jóvenes realizadores y productores chilenos.
En este caso concreto se realizara un estudio para la puesta en el mercado de la película